Lee El camino del duelo 2ª ed de Xavier Muñoz Libro electrónico Scribd
- Cuando fue operado en abril de 2012, por la fractura de cadera matando elefantes a tiro limpio en Botsuana (África) acompañado de Corinna zu Sayn-Wittgenstein, se dio cuenta que no solo fue la fractura de cadera lo que se le hizo añicos.
- Solo cuando se ha mostrado sumiso y obediente a los mandatos de las grandes individuales, ilustres prendas que, en su mayoría, además de militares, han sido idiotas morales, como ya señaló el ensayista Bilbeny.
- Que yo sepa nadie me impide competir de tú a tú con Marc Márquez o Valentino Rossi por ser el campeón del mundo de Moto GP. Tengo todo el derecho a subirme encima de una moto e intentarlo.
- Y es que esta antigua iglesia, ya desacralizada y convertida hoy en centro cultural, acoge hasta el 6 de junio la exposición ‘El arte del desnudo‘.
Pueden contemplarse obras pictóricas de Joaquín Sorolla, Francisco Iturrino, Ignacio Zuloaga, Fernando Botero, Eduardo Úrculo, Antonio López o Manuel López-Villaseñor junto a esculturas de Salvador Dalí, Pablo Serrano, Xavier Mascaró , Joaquín García Donaire o Francisco López. Cuando fue operado en abril de 2012, por la fractura de cadera matando elefantes a tiro limpio en Botsuana (África) acompañado de Corinna zu Sayn-Wittgenstein, se dio cuenta que no solo fue la fractura de cadera lo que se le hizo añicos. Fue la imagen definitiva de la fractura, no de su cadera tampoco del sentido común -¿cuándo dio muestras de él? -, sino de su fracaso como monarca y su fraudulenta manera de comportarse como tal. De hecho, el emérito, así debió intuirlo cuando dijo que pasará a la historia como matador de elefantes y aquel que padeció, no la pandemia del coronavirus, sino la pandemia del corinnavirus. Si esta es la balanza de pesar lo que ha hecho el rey y lo que hace la ciudadanía, no me extraña lo más mínimo que tales manifiestos, presentes y futuros, solo demostrarán, no la inocencia de un Borbón, sino la injusta manera de interpretar la historia por parte de quienes viven amorrados a la sombra del pesebre del poder.
La crisis de ansiedad de Charo al descubrir que no volvía a España
En realidad, ¿cuándo ha contado el pueblo como factor determinante en la marcha de una nación? Solo cuando se ha mostrado sumiso y obediente a los mandatos de las grandes individuales, ilustres prendas que, en su mayoría, además de militares, han sido idiotas morales, como ya señaló el ensayista Bilbeny.