Los mejores desnudos de Nicole Kidman en el cine y la televisión La actriz acaba de recibir el Emmy a la mejor .
Aunque es bien sabido que Nicole Kidman es una actriz australiana, lo cierto es que la intérprete tiene doble nacionalidad, pues nació en Hawái el 20 de junio de 1967 ya que sus padres estaban en Estados Unidos con un visado para trabajar en el país. Su inquietud por la interpretación se despertó ya en la escuela y el instituto y a los 16 años tuvo su primer papel en el cine. Pero fue la película ‘Dead Calm’ la que dio el empujón definitivo a su carrera en 1989. Fue la primera internacional y una de las mejores películas de Alejandro Amenábar, y no podría haber encontrado mejor aliada al otro lado de la cámara que Nicole Kidman, quien en más de una ocasión ha confesado que este es uno de sus trabajos favoritos.
A sus 50 años de edad, la esposa de Keith Urban aparece junto a su coprotagonista en una habitación luciendo lencería de encaje antes de tener un momento íntimo con su pareja. Basada en el libro autobiográfico de Garrard Conley, la segunda película de Joel Edgerton abre el melón de las terapias de conversión de homosexuales con mucha crítica y denuncia, pero también con un drama humano en el que Nicole Kidman vuelve a destacar. También el joven Lucas Hedges, el adolescente al que parece que hay que "curar", que demuestra su prometedor talento.
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Los osados desnudos de Nicole Kidman en el cine y la televisión
Quizás sea la combinación de dos ídolos de masas como Colin Firth y Nicole Kidman, pero esta película que obtuvo reacciones bastante tibias entre la crítica se ha colado en el Top 10 de la actriz según IMDb. Dirigida por Jonathan Teplitzky, es una historia contada con mucho clasicismo y algo de frialdad, pero a la que sus dos protagonistas aportan solidez y talento. Nicole Kidman consiguió una nueva nominación al Oscar gracias a su austera, pero contundente, interpretación en esta película de John Cameron Mitchell (‘Hedwig and the Angry Inch’), en la que comparte protagonismo con Aaron Eckhart. A pesar de la dureza que se desprende de su premisa, es una historia con mucha calidez e incluso sentido del humor, un estudio humano que se adentra en las contradicciones y la complejidad de la pérdida.
